¡Cierren las salas, el arte está en la calle! Empujado por el grito revolucionario y un espíritu que todavía conserva su barniz de idealismo, un joven, Alfredo, decide crear "un arte más libre, hecho con el corazon, capaz de hacer que la gente se sienta viva". Su concepto del teatro empieza más allá del escenario, se traslada a pie de calle, cara a cara con el público. Allí en una plaza cualquiera, en un parque, o en la avenida más comercial de la ciudad, Alfredo y su grupo Noviembre comienzan la función: demonios que provocan a los paseantes, actuaciones de denuncia social, acciones llevadas al extremo que ponen en alerta a las fuerzas del orden público. No hay límites ni censuras, sólo hay ideas y todas valen si son capaces de conseguir que el espectador deje de ser espectador y pase a formar parte del guión; se sorprenda, se asuste, ría o llore. El teatro como la vida y la vida como el teatro ...ya no hay diferencia.
*Somos un grupo de estudiantes de la Lic. Estudios Internacionales interesados en realizar actividades utilizando los espacios de nuestro campus que pasan desapercibidos.
*De igual manera buscamos fomentar nuevas dinamicas que contribuyan a la formación de una mayor integración universitaria.
Objetivo
*Revalorar los espacios publicos universitarios mediante actividades recreativas y culturales que incluyan tanto a los miembros de la comunidad universitaria, como a la ciudadania en general.
*Mostrar la posible reutilización de los espacios universitarios que son parte de la sociedad misma.
¡Cierren las salas, el arte está en la calle! Empujado por el grito revolucionario y un espíritu que todavía conserva su barniz de idealismo, un joven, Alfredo, decide crear "un arte más libre, hecho con el corazon, capaz de hacer que la gente se sienta viva". Su concepto del teatro empieza más allá del escenario, se traslada a pie de calle, cara a cara con el público. Allí en una plaza cualquiera, en un parque, o en la avenida más comercial de la ciudad, Alfredo y su grupo Noviembre comienzan la función: demonios que provocan a los paseantes, actuaciones de denuncia social, acciones llevadas al extremo que ponen en alerta a las fuerzas del orden público. No hay límites ni censuras, sólo hay ideas y todas valen si son capaces de conseguir que el espectador deje de ser espectador y pase a formar parte del guión; se sorprenda, se asuste, ría o llore.
ResponderEliminarEl teatro como la vida y la vida como el teatro ...ya no hay diferencia.